Geraldine Correa Pinto
Investigación Social
El lunes era mi primer día de regreso a clase, para ser honesta este semestre me propuse despertarme todos los días a las siete de la mañana independientemente de mi hora de clase, fue difícil, pero se logró. Tenía nuevamente investigación social a las once de la mañana con el profesor Juan Sebastián, digo nuevamente por qué fue una clase que vi el semestre pasado, pero por motivos personales no pude volver a ir y tampoco tuve el tiempo de retirarla entonces ya en segundo corte la di por perdida. Debido a esa anécdota estaba muy nerviosa por mi reencuentro con la clase y el profe, pero, a decir verdad, fue mejor de lo que pensé, ya van a saber por qué.
Llegué cinco minutos tarde porque estaba un poco confundida con mis aulas de clase, pero al llegar busqué un sitio para poder sentarme, ya habían empezado una actividad para conocernos. Se trataba de dibujar un objeto que nos identificara, fue un poco difícil pensar en un solo objeto que recogiera todo lo que es Geraldine, pero de inmediato pensé en el objeto más relacionado con la moda. La moda ha sido mi gusto toda la vida, mi tiempo libre es dedicado a informarme sobre ella y es por donde quiero enfocar mi carrera más a futuro, entonces digamos que encierra una gran parte de mí. Al terminar de dibujar mi vestido el profesor empezó a recogerlos todos y explicarnos la siguiente parte del ejercicio. Él empezó a repartir los dibujos aleatoriamente y debíamos describir a la persona con ciertas características que nos dejaba ver el dibujo. A mí me tocó describir un celular, empecé a relacionar eso con ingresos a través de él, un pasatiempo o mucho gusto por su dispositivo. No recordaba que el profesor Juan Sebastián es muy bueno y le gusta mucho hacer storytimes de sus clases, nos cuenta anécdotas sobre sus otros estudiantes y en ese momento nos habló de una tiktoker que le salía mucho en recomendaciones y cuando vio, era el personaje de una estudiante suya totalmente diferente a las redes. Ya finalizando los papeles mostraron mi dibujo junto con la descripción que habían hecho, y pues sí, fue bastante lo qué pensé cuando lo hice.
En ese punto de la actividad debía presentarme, tenía que decir mi nombre, mi carrera, tenía que decir si alguna vez me habían dicho algo sobre la materia y por para finalizar lo que me gustaba hacer en mis tiempos libres. Ahí creo que el profesor me reconoció del semestre pasado y me dio bastante pena, pero igual le hice entender el por qué no había podido seguir las clases anteriormente. Fui, si mal no estoy, la última en presentarse para continuar con la clase.
De ahí en adelante el profesor Juan Sebastián empezó a presentar la clase de investigación social. Nos contó cuál era el propósito de la clase y la división de las clases con sus módulos. Luego nos contó su metodología de enseñanza y aprendizaje. Nos habló sobre dos.
El primero era el cono del aprendizaje o cono de la experiencia de Edgar Dale. Es claro que nuestro cerebro no recuerda cada palabra, acontecimiento o imagen que vemos o experimentamos en nuestra vida. Sin embargo, podemos entrenarlo para que esos pequeños agujeros por los que donde se escapa la información sean más selectivos y nos permitan almacenar rápidamente aquello que nos interesa. Ahí nos reímos un poco en clase con el profesor por su anécdota sobre la clase de química y como solo recuerda cuando el profesor le recomendó no mezclar ron con Coca-Cola.
El cono muestra distintos métodos de aprendizaje audiovisual, los más concretos ocupan la base del cono y los más abstractos la parte de arriba. También indica una serie de porcentajes de recuerdo: un diez por ciento de lo que leemos, un veinte por ciento todo aquello que escuchamos, un treinta por ciento es de lo que aprendemos de otros, un cincuenta por ciento en conversaciones o debates que tenemos, el setenta es si lo practicamos y el noventa funciona si lo enseñamos a otras personas.
Y el segundo método era la taxonomía de Benjamín Bloom, esto permite jerarquizar los procesos cognitivos en diferentes niveles y sirve para facilitar las labores de evaluación. Esto se debe a que cada nivel se le puede asociar unos verbos, estos pueden ser usados para concretar objetivos de aprendizaje. Los niveles son: conocer, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear. En la diapositiva de este método me pareció interesante resaltar la zona de confort, la zona de miedo, la zona de aprendizaje y las mejoras, ya que toda la vida gira en torno a eso, que serían los pasos para un aprendizaje más completo.
Luego continúo hablando de la clase, y nos comentó sobre las evaluaciones, de ahí recuerdo que nos habló de las bitácoras de cada clase, los quizzes en Kahoot de las lecturas y el trabajo final que es una salida de campo para cubrir algún tipo de investigación.
Para ir finalizando la clase nos habló sobre las reglas como no salir y entrar mucho, el uso regulado del celular, la asistencia y la más importante, la resta de 0,2 en cada error en los trabajos.
Ahí nos mostró y nos contó sobre un estudiante de la Universidad de la Javeriana que en su cuarto semestre tenía muy mal redactado su trabajo junto con muchos errores ortográficos. Empezamos a especular las características de ese estudiante como por ejemplo; que era un chico muy vago, no leía, que lo hizo a la carrera o que no le interesaba mucho la clase. Nos divertimos un poco ahí sacando conclusiones del chico y asegurando lo importante que es tener profesores como por ejemplo Jairo Valderrama que nos ha marcado mucho el inicio de la carrera con sus menos 0,5 en cada error.
Y para terminar nos comentó del tiempo y que a veces finalizaba diez minutos antes, lo cual me alivio un poco, ya que el lunes tengo dos clases de tres horas seguidas en mitad de las horas de almuerzo, y estaba un poco preocupada por eso, pero ya sabré por lo menos mi tiempo de almuerzo. Sin duda fue una buena clase, tal cual lo recordaba y este semestre si le sacare provecho.